miércoles, 18 de marzo de 2009

LA CUCHARA DE URI GELLER


Al alcance de su mano izquierda tenía una taza con una cuchara dentro, aún contenía los restos del último café que se había tomado que, como todos los demás durante aquellos días, también había sido preparado por su amiga.
Al alcance de su mano derecha tenía otra taza con café recién hecho, pero a su amiga se le había olvidado ponerle una cuchara.
Necesitaba una cuchara limpia, pero solo tenía a su alcance una sucia...Durante unos segundos se vio a sí mismo entre taza y taza…Asegurándose de que su amiga no le veía, con la mano izquierda agarró la cuchara sucia y la metió en la taza que contenía el café aún humeante.

Ella se percató de que le miraba…y acto seguido observó cómo cogía rápidamente la cuchara que estaba en la taza de su izquierda y la introducía en la otra taza.

Días después, ella al recordar aquella escena, se dio cuenta de que ni tan si quiera se le había pasado por la cabeza el decirle “pero, bueno, no hace falta que uses esa cucharilla, que no me cuesta nada sacarte una limpia…es que no me había dado cuenta”.
No diré que este recuerdo le quitara el sueño, ni mucho menos, pero al acostarse aquel día, varios pensamientos le impedían cerrar los ojos del todo, eran ideas relativas a la confianza entre las personas. Si no hay manera de saber cual es la fórmula para conseguirla, lo que sí que está claro es que se trata de algo muy frágil, tan frágil como parecían serlo las cucharas que Uri Geller nos hacía creer que doblaba con la mente. Alguien vio a Uri Geller hacer el milagro contrario? Alguien le vio volver a su ser a aquellas cucharas?

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